Escultura animal «Pareja de burros» de Kurt Arentz, reducción en bronce.

La fama de Kurt Arentz (1934-2014) como escultor se sustenta en dos pilares: sus retratos de personalidades famosas y sus esculturas de animales, que le granjearon reconocimiento internacional. En ambos casos, el artista trascendió el mero retrato. Al esculpir a mano alzada, Arentz no buscaba únicamente una representación realista, sino la captación de la personalidad, tanto en humanos como en animales. La búsqueda de la semejanza, por lo tanto, no se limita a la anatomía, si bien Arentz dominó esta técnica como pocos. Y así como muchos de sus modelos confirmaron al artista reconocer su esencia en un busto creado por él, el artista también se propuso plasmar el carácter de sus figuras animales. Su joven pareja de burros, por ejemplo, no solo es una representación impresionantemente precisa de los potrillos, que captura su anatomía y movimiento con absoluta exactitud, sino también un retrato de su jovialidad y despreocupada alegría de vivir. Ellos también, al igual que las personas retratadas por Arentz, poseen personalidades y son reconocibles como tales. Con este sensible y conmovedor estudio de personajes, crea un cariñoso monumento al compañero sociable y leal.