Escultura neoclásica "Esclavo moribundo" (1513) de Miguel Ángel Buonarroti, reducida a mármol artificial.

Miguel Ángel creó esta figura de tamaño natural por encargo directo del papa Julio II, quien le concedió total libertad creativa. Con ella, Miguel Ángel plasmó un símbolo de las limitaciones terrenales de la humanidad y de la libertad del arte: a pesar de sus gestos diversos y expresivos, la figura no puede escapar del bloque de mármol. Permanece esclava de su existencia. Sin embargo, la gran libertad con la que Miguel Ángel esculpió cada fibra del cuerpo y su movimiento casi voluptuoso transmiten un mensaje distinto: aunque la humanidad esté limitada, ¡el espíritu y el arte son libres! Junto con el «David», es sin duda «El esclavo moribundo» la obra que consolidó la legendaria reputación de Miguel Ángel.